Durante los años setenta el rock n roll se tornó extraño debido a diversos factores: la aparición de nuevas tecnologías (sintetizadores) que dieron pie a que el la psicodélica cargada de instrumentos exóticos se actualizara, permitiendo así que el rock progresivo se desplegara desde el rock de estadios con toda su parafernalia, tanto instrumental como estética.
Desde Gran Bretaña grupos como Genesis le dieron importancia a la presencia escénica y teatral con disfraces dignos de Spinal Tap. Estas nuevas ideas performáticas dieron hicieron que la estética sobrecargada marcara pro primera vez con fuerza en el rock, sinedo un elemento tan importante como la música en sí. Un ejemplo de esto es Roxy Music, que entregaban un rock cargado de sintetizadores y una instrumentación de alto vuelo inspirada en el rock alemán, todo envuelto en vestimentas y looks que generaban entre risa y asombro.
Roxy Music
Músicos como Marc Bolan, bajo el nombre de Tyranosaurus Rex entregó durante los sesentas un folk rock susurrado, para luego acortar el nombre a T Rex, llenarse de maquillaje y distorsión e inaugurar el Glam rock propiamente dicho en 1971 con Electric Warrior. Lo mismo puede decirse de David Bowie quien en sus primeros pasos se presentó como un cantautor pálido y sin gracia, para luego desenvolverse como una estrella de otro planeta, maquillada y pintarrajeada.
Como con cualquier género que aparece hay dos o tres artistas rupturistas y luego un sinfín de imitadores que quieren sumarse al carro del éxito. Los nombres son infinitos: Sweet, Slade, Gary Glitter y la bajista Suzi Quatro son los ejemplos más notables.
Hay un grupo olvidado de toda esta camada que comenzó en 1971 llamandose The Queen, nombre que abandonarían rápidamente por obvias razones. Su nuevo nombre fue Hollywood Brats e inventaron el punk antes de que este fuera barajado como idea: un rock sucio y desprolijo cargado de distorsión, voces garabateadas y una estética despampanate con reminiscencias al hippismo y a las prostitutas de Camden: pantalones Oxford y botas de plataforma, kilos de maquillaje barato y sacos largos de terciopelo, boas y camisas lo más llamativas posibles.
La banda tuvo una carrera diminuta en la que dejaron un solo disco, festejado por Keith Moon entre otros. Tras la separación del grupo su cantante conformaría el grupo de punk rock The Boys.
Desde Estados Unidos, como siempre, el Glam rock estuvo de entrada vinculado a la guitarra eléctrica y sucia, sin pasar por la parafernalia del virtuosismo y la instrumentación tecnológica
En 1972, desde Nueva Jersey, surge un grupo de estética afeminada y sonido furioso llamada Twisted Sisters, padrinos olvidados del género. Durante los ochentas, con moderado éxito comercial, se vengarían del ninguneo parodiando a las bandas a las que ellos mismos les pavimentaron el camino. Al año siguiente y del otro lado del Río Hudson, en Nueva York, aparece Kiss: un espectáculo llamativo por su rock básico y su estética fríamente calculada.
Lou Reed jugueteó con su imagen andrógina luego de dejar Velvet Underground en manos de Doug Yule, el reemplazo de John Cale en los últimos dos discos, quien se encargó de terminar de matar a la banda con Squeeze un disco mal logrado que intenta imitar las mejores grabaciones del grupo.
Por último llegamos a un grupo que comenzó casi como una imitación transvestida de Los Rolling Stones: New York Dolls. La banda se conformó simultáneamente a Hollywood Brats, a un océano de distancia, sin saber unos de la existencia de los otros.
Entregan su primer disco de estudio en 1973 y parecen continuar el camino que abandona The Stooges al separarse, el de un rock n roll rabioso y primitivo, lleno de actitud. La similitud física de su cantante David Johansen con la de Mick Jagger es notable, al igual que los riffs de guitarra de Johnny Thunders con los de Keith Richards.
El planteo es el mismo que el de Hollywood Brats: entregar un rock primitivo que se separa tajantemente de la complejidad del sinfónico, volver a las raíces que tempranamente habían sido olvidadas. Ambos grupos se visten con las ropas que se emparentaban en ese entonces con el mundo de la música disco: zapatos de plataforma, camisas cuanto más ridículas mejor, pantalones de cuero u Oxford y toneladas de maquillaje. Parecían haber saqueado una feria americana, pero lo que los diferenciaba es que no era una pose para usar solamente arriba del escenario, eran así las veinticuatro horas del día.
New York Dolls llegó a editar dos años después un segundo disco titulado “Too Much Too Soon” pero los problemas con las drogas hicieron que el grupo se terminara disolviendo. El último manotazo de ahogado fue semanas antes de separarse, donde un diseñador de moda británico llamado Malcom McLaren se torna su manager y los viste de cuerina roja al mejor estilo sadomasoquista y les cuelga en las presentaciones, detrás del escenario, la bandera comunista, la mayor ofensa al estadounidense promedio para la época, un signo de traición a la patria. Las cosas no funcionan y la banda se desintegra.
McLaren se queda con el polémico concepto en la cabeza y entabla relación con unos chicos que paran en SEX, su tienda de moda. Fanáticos de Chuck Berry y del rock n roll arman un grupo y McLaren les hace de manager y les plantea una estética alrededor: ropa sadomasoquista y tajeada, en lugar de pelos batidos y maquillaje, los pelos en punta y alfileres de gancho, sumado a simbología nazi e imágenes en contra de la reina: Sex Pistols y la versión del punk británico ha nacido, la Gran estafa del Rock n Roll ha comenzado.
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