LO QUE HICIMOS DE NUESTRAS VACACIONES: THE INCREDIBLE STRING BAND Y FAIRPORT CONVENTION (PARTE I)

Newport Folk Festival, 1965. Bob Dylan sale al escenario y comienza a tocar “Maggie’s Farm”. En el público se escuchan murmullos, unos murmullos que son mezcla de asombro y susto. Para los parámetros actuales el volumen no estaba tan alto, pero para los de la época era realmente lo más ruidoso jamás escuchado, y más aun para un público compuesto en gran parte por folkies universitarios.

Al terminar esta primera canción, los murmullos de susto y asombro crecieron hasta transformarse en gritos. Algunos eran abucheos, otros eran expresiones de deleite y triunfo. En el backstage se encontraba Pete Seeger[1], claramente nervioso y molesto, pidiendo a gritos y en vano que bajen el volumen para luego alejarse hasta el estacionamiento mientras su esposa Toshi, llorando, era consolada por Albert Grossman[2].

Luego de tres canciones, Dylan se va del escenario encogiéndose de hombros mientras el público, en su mayoría, pedía a gritos por más. Lo que habían presenciado era el nacimiento del rock and roll así como la electrificación definitiva del folk. Dylan volvería al escenario luego de un momento, solo con su guitarra acústica para tocar un set más tranquilo que finalizaría con “It’s All Over Now, Baby Blue” lo que, según Joe Boyd[3], fue un “fuck you” a la vieja guardia de la música tradicional. En fin, lo ocurrido el 25 de julio de 1965 fue solo el principio de la mayor transformación que la música popular sufriría en el siglo XX a nivel global. Esta monografía tiene como núcleo la Inglaterra de la segunda mitad de la década de 1960 y la música de dos bandas que considero fundamentales: Fairport Convention y The Incredible String Band.

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[1] Pete Seeger (1919-2014) fue un cantante de folk y activista de los derechos civiles, reponsable, entre otras cosas, de popularizar la canción de protesta “We Shall Overcome”.
[2] Albert Grossman (1926-1986) Mánager y empresario de la música folk y rock de la época. Es famoso por haber administrado a artistas como Bob Dylan, The Band, Janis Joplin, Peter, Paul & Mary, etc.
[3] Joe Boyd (1942- ) Productor y escritor estadounidense. Cumplió un papel importante en la música de los 60’s, ya sea produciendo discos seminales del folk o representando a bandas de la escena.

Dirty Old Town
Para comenzar, es necesario ubicarse en el contexto de la época: la Gran Bretaña de los ‘60s. Un país desplazado del mapa económico global durante la época de la posguerra que apenas estaba volviendo a abrirse al mundo luego de una década marcada por la austeridad y el escándalo del canal de Suez, que haría que lo llamen “The Sick Man of Europe” (El hombre enfermo de Europa).

 El laborismo “progresista” del primer ministro Harold Wilson inspiraba por ese entonces sentimientos de optimismo e idealismo en la población, y el sistema de clases ocupaba gradualmente un lugar de menor importancia en la conciencia colectiva británica. Cada vez eran más los jóvenes que optaban por ir a las Art Schools y forjarse una carrera en el mundo artístico, ya sea como fotógrafos, diseñadores, dramaturgos o músicos pop. El fácil acceso económico a la ropa y al material musical hizo que pudieran utilizarlos como vehículos de expresión que pronto serían adoptados, incluso, por los aristócratas.

Durante estos años, la industria discográfica estaba en manos de la BBC -única productora y distribuidora de discos-, que ejercía un férreo control sobre los gustos musicales del público debido a que también era la encargada de las telecomunicaciones. El monopolio de la BBC era tal que ignoraba las nuevas tendencias como el rock & roll y editaba a cantantes que estaban fuera del gusto emergente, apelando a la nostalgia para evitar la americanización de la sociedad inglesa. El surgimiento de las radios piratas y la prensa alternativa ayudó a la expansión de los nuevos sonidos, y lo que no es menor, los ponía al alcance de todos, incluso de los más relegados como la clase obrera.
La juventud británica de ese entonces había crecido durante la época de apogeo de los programas de radio, escuchando a artistas folk tradicionales como Albert Lloyd, Ewan McColl y Peggy Seeger, así como también viejos discos de blues y jazz americano, ambos géneros musicales algo ignorados en su país de origen que lograban llamar la atención de los jóvenes ingleses, fascinados con la cultura americana de principios de siglo, hasta ese momento ocultada, como si fuera con un velo, por los conflictos raciales al otro lado del océano.

Ya a principios del segundo lustro de los ‘60s, y habiendo asimilado rápidamente (en su mayoría) la electrificación del blues y el folk, estos jóvenes serían los que descubrirían la psicodelia gracias al LSD, teniendo como ejemplo a cantantes como Bob Dylan y grupos como The Kinks, The Who y, sobre todo, los Beatles y su Sgt. Pepper, grupos que, de forma pionera, habían logrado atrapar la fuerza del crudo rock and roll americano y mezclarlo con viejas tradiciones inglesas como el music hall, las nursery rhymes y, cómo no, el folk.

 

When the Music Starts To Play

Mayo de 1965, Edimburgo. Dos jóvenes de melenas rubias se preparan para tocar en un bar bastante precario para alrededor de 30 personas. Uno era agradable y parecía estar siempre relajado, mientras el otro era rengo y su apariencia daba a entender que no había llevado muy bien sus 22 años de vida. Mientras uno se había formado tocando en circuitos folk ingleses con Bert Jansch[4], el otro había crecido tocando el banjo e instruyéndose en el jazz. Sus nombres eran Robin Williamson y Clive Palmer, y tocaban un híbrido sorpresivamente original de música tradicional escocesa, folk americano y música oriental.

Joe Boyd, famoso productor musical de la época que en ese momento obraba como cazatalentos del sello Elektra, se encontraba entre esas 30 personas y quedó convencido de haber encontrado una estrella en Robin y su gracia típica de otros tiempos, por lo que decidió mantenerse al tanto mientras comenzaban a desarrollarse como banda.

Más tarde ese año decidieron organizar audiciones para agregar un tercer miembro al dúo, a través de las cuales conocieron a Mike Heron. De esta forma se formó el trío al que llamarían The Incredible String Band, en honor a un bar llamado ‘Clive’s Incredible Folk Club’ en Glasgow, donde eran la banda con residencia. Mike Heron había crecido tocando en bandas de rhythm and blues y pop, por lo que decidió unirse a la ahora Incredible String Band como gesto de rebelión hacia dos géneros musicales que de a poco se volverían obsoletos, abrazando así la experimentación orientada al folk y la world music de los hippies, argumentando que “No podías sentarte y pasar el porro mientras escuchabas a Buddy Holly”.

Joe Boyd reaparecería nuevamente en Gran Bretaña seis meses más tarde, ahora como cabecilla de la sede inglesa del sello Elektra, para enterarse que ese dúo de greñudos ahora tenía un nombre que los identificara y que, además, habían incluido a Mike Heron para convertirse en un trío y convivían en una casa de campo en el norte de Londres. Las nuevas canciones compuestas como trío mostraban una gran evolución en el sonido y en el nuevo gusto compositivo de su integrantes, con una marcada influencia del folk americano así como de las baladas tradicionales escocesas, pero agregándole aspectos típicos de la música balcánica, del ragtime, de la música del norte de África y de la tradición del music hall, contando también con la inspiración artística del pintor y poeta William Blake, de quien Robin era fanático y experto, además de la clara influencia de drogas como el cannabis y el LSD.

Luego de escuchar estas nuevas composiciones y quedar fascinado, Boyd decidió contratarlos y producir su primer disco homónimo, el cual fue grabado durante un fin de semana en Londres. The Incredible String Band salió en noviembre de 1966 y, si bien las ventas no fueron importantes, la crítica lo aclamó y la revista Melody Maker[5] lo llamó “El mejor álbum folk del año”, elogiando su energía y su capacidad para cambiar de estilos con tanta facilidad. Para aquellos que habían seguido la revolución del folk británico a través de la década, realmente sonaba como una prometedora profecía del futuro de esta música. A finales de ese año, el trío se dispersaría geográficamente (Heron se iría a Escocia, Williamson a Marruecos y Palmer a la India), y Palmer decidiría dejar definitivamente la agrupación debido a su personalidad de outsider y sus constantes necesidades de escapismo.

De vuelta al estudio a principios de 1967, y ahora como dúo, ISB grabaría el que quizá sea su disco más conocido y su obra más importante, llamado “The 5.000 Spirits or the Layers of the Onion”.

 En su libro White Bicycles, Boyd cuenta que “sus nuevas canciones tenían extrañas letras y ricas melodías, y seguían inventando ideas estrambóticas para las armonías y las regrabaciones”. The 5.000 Spirits… es la piedra fundamental de lo que, con el cambio de década, se transformaría en el movimiento freak folk, un género que prácticamente le debe su existencia a este disco. Lleno de futurismo, muerte, drogas y erizos, la densidad cósmica del álbum no es sólo aparente sino que, de hecho, es totalmente real y su presencia se extiende a través del cuerpo y la mente de quien realmente logra entenderlo, lo que lo transforma, junto a su atemporal misterio, en una de las cumbres artísticas de la música de los ‘60s en general.

Este LP contó con varias colaboraciones de músicos como Danny Thompson de Pentangle, la novia de Robin Williamson, Licorice McKechnie (quien pronto se volvería una miembro oficial de la banda) e incluso John ‘Hoppy’ Hopkins, fundador del club UFO, símbolo eterno de la contracultura hippie.

Fue ahí, en el UFO, donde otra banda que revolucionaría el folk (esta vez de una forma más eléctrica) se presentaría una noche de fines de julio.

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[4] Bert Jansch (1943-2011) fue un guitarrista inglés de folk que logró prominencia a principios de los 60s con el segundo revival de folk, grabando aclamados álbumes solistas y con la banda Pentangle.
[5] Melody Maker, fundada en el año 1926, fue una de las primeras revistas musicales semanales. En el año 2000 se fusionaría con la NME (New Musical Express).

She Moves Through The Fair 

Fairport Convention se había formado un año antes en los suburbios del norte de Londres. Llamados así por sus continuos ensayos en la casa del guitarrista rítmico Simon Nicol, en sus comienzos se caracterizaban por estar muy influenciados por la música psicodélica de la costa oeste de Estados Unidos, lo que, junto con la colaboración de la cantante Judy Dyble, hizo que en sus inicios los apodaran “Los Jefferson Airplane Británicos”. Para su homónimo primer disco agregarían también al cantante Iain Matthews, ya que la voz de Judy solía ser insegura y algo débil. Haciéndole honor a su apodo, este primer LP es el más singular del repertorio que Fairport iría creando a través de sus años de carrera, y cuenta con un sonido más rockero y con covers de Emitt Rhodes, Bob Dylan y Joni Mitchell, entre otros.

Our Holiday - USA Front

Al deteriorarse la relación entre Judy (en ese momento conocida por su costumbre de tejer bufandas durante las actuaciones de la banda más que por su voz) y el guitarra líder Richard Thompson, Joe Boyd (también representante de esta banda)  aprovechó la situación para agregar a la talentosa y excéntrica Sandy Denny como voz principal, lo que dejaría a la banda lista para grabar su segundo LP, llamado “What We Did On Our Holidays”.

La primera canción del disco, Fotheringay, sirve como carta de presentación para la recientemente agregada voz de Sandy a la banda, demostrando también el gradual crecimiento de sus capacidades como compositora, un aspecto que se vería tanto en su participación con Fairport como en sus futuros esfuerzos solistas, así como también en la banda que formaría con su novio Trevor Lucas, llamada igual que esta primera canción. Mezclando reinterpretaciones de canciones tradicionales junto con himnos del folk más moderno, What We Did On Our Holidays, es un documento claro del momento previo a la explosión creativa que sería su siguiente LP, Unhalfbricking.

Unhalfbricking encontró a la banda completamente establecida y dedicada a buscar inspiración en sus propias tradiciones británicas así como a ahondar en sus influencias americanas, además de la notable mejora compositiva de Sandy y Richard. Canciones como el cover de Bob Dylan “If You Gotta Go, Go Now”, renombrada “Si Tu Dois Partir”, muestran al grupo indagando en la música de la tradición franco-americana cajún, lo que también puede notarse en la original y casi californiana “Cajun Woman”, otra de las tantas pruebas de la época de que el rock and roll puede mezclarse con, prácticamente, cualquier otro género, con notables influencias también de la música surf digna de los mejores Beach Boys. Posiblemente la pieza maestra de este disco sea “A Sailor’s Life”, una reinterpretación de un viejo lamento británico transformada en una improvisación magnífica de 11 minutos que muestra la capacidad, la fuerza y la curiosidad juvenil que poseían en ese entonces.

A Sailor’s Life” fue la encargada de reinventar el folk británico y de alentar a muchísimos músicos a que busquen fuentes de inspiración y originalidad en sus respectivas tradiciones. En ese momento, Fairport Convention era una banda a la que, a pesar de sus constantes cambios de miembros, le auguraba un futuro próspero, incluso luego de la tragedia que estaba a punto de agitar y dañar los cimientos de su formación.

 El 12 de mayo de 1969 y volviendo de un show en Birmingham, la camioneta en la que se trasladaba la agrupación se desbancaría de la ruta M1, provocando un accidente que le costaría la vida al baterista Martin Lamble, de tan solo 19 años, y a la novia americana de Richard, Jeannie Franklin. Cabe recordar que, durante esta época, las giras de una banda solían ser bastante más exhaustivas y difíciles que ahora, lo que explica que el conductor de la camioneta, el road manager de la banda, se haya quedado dormido conduciendo.

Luego de esta tragedia y de la eventual salida de Iain Matthews, la banda estuvo a punto de separarse. Las canciones de Unhalfbricking no volverían a ser tocadas en vivo hasta comienzos del siguiente siglo, pero aun así este no era el final.

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